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Martes, 19 de octubre

Semana XXIX del tiempo ordinario

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor
5. Actúa, llévalo a tu vida)

Evangelio según San Lucas 12, 35-38
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Tened ceñida la cintura y encendidas las lámparas: Vosotros estad como los que aguardan a que su señor vuelva de la boda, para abrirle, apenas venga y llame. Dichosos los criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela: os aseguro que se ceñirá, los hará sentar a la mesa y los irá sirviendo. Y si llega entrada la noche o de madrugada, y los encuentra así, dichosos ellos.

Pistas: Estar vigilante, dispuesto, activo. Lo contrario a acomodarse, a vaguear, a aparentar, a disimular… Jesús invita a sus discípulos a estar con actitud de espera, de vigilancia. A alguien que está así no le dan igual las cosas. Al contrario, intenta estar preparado, que todo esté listo, lo mejor posible.
El Evangelio no es para acomodados o mediocres, porque si lo aceptas de verdad quieres vivir como hijo de Dios, llenarte del Espíritu Santo y vivir en el amor. Y ya no te da todo igual. Y te conviertes en una persona que se deja mover por el Espíritu, que no se conforma con estar de cualquier manera, sino que quiere amar y servir, que quiere vivir y ayudar a vivir a los demás.
No se trata de estar en tensión, nerviosos, agobiados… sino vigilantes, despiertos, preparados, atentos.
Relee el evangelio y mira a tu vida y a la Iglesia que construyes ¿Cuál es la actitud que tienes? Y pide el Espíritu Santo que te despierte y te haga estar dispuesto para amar y servir. Porque Jesús tiene contigo esa actitud: te ama y se entregó por ti.

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice, respóndele con tu oración y llévalo a tu vida