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Lunes, 25 de octubre

Semana XXX del tiempo ordinario

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor
5. Actúa, llévalo a tu vida)

Evangelio según San Lucas 13, 10-17
Un sábado, enseñaba Jesús en una sinagoga.
Había una mujer que desde hacía dieciocho años estaba enferma por causa de un espíritu, y andaba encorvada, sin poderse enderezar. Al verla, Jesús la llamó y le dijo: Mujer, quedas libre de tu enfermedad. Le impuso las manos, y enseguida se puso derecha. Y glorificaba a Dios.
Pero el jefe de la sinagoga, indignado porque Jesús había curado en sábado, dijo a la gente: Seis días tenéis para trabajar: venid esos días a que os curen, y no los sábados.
Pero el Señor, dirigiéndose a él, dijo: Hipócritas: cualquiera de vosotros, ¿no desata del pesebre al buey o al burro, y lo lleva a abrevar, aunque sea sábado? Y a ésta, que es hija de Abrahán, y que Satanás ha tenido atada dieciocho años, ¿no había que soltarla en sábado? A estas palabras, sus enemigos quedaron abochornados, y toda la gente se alegraba de los milagros que hacía.

Pistas: Te invito a que te pongas en el lugar de cada personaje. La mujer que lleva 18 años enferma, encorvada (sin poder mirar al cielo, sin poder encontrar a Dios, “atada” por satanás), se encuentra con Jesús y Él la libera, imponiéndole las manos. Se endereza y glorifica a Dios. Jesús la desata. Ya puede andar derecha, ya puede mirar a Dios. Ya puede andar con la frente alta, con dignidad.
El jefe de la sinagoga. Se queda en la ley ¿Por qué no se alegra por la mujer? ¿por qué se indigna con Jesús? Finalmente queda abochornado porque Jesús le hace ver que en realidad ni siquiera le importa la ley, sino atacarle a Él.
Piensa qué puedes tener tú de cada uno de estos personajes ¿De qué necesitas que Jesús te libere? ¿quieres que Él te levante? ¿qué hipocresías hay en tu vida? ¿cómo vives la religión?
Jesús sana y salva, libera y muestra la verdad. Acércate a Él tras releer el Evangelio y reza.

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice, respóndele con tu oración y llévalo a tu vida.